lunes, 31 de enero de 2011

Hablar con las manos.


Espero dichosa el día en que sea capaz de estar frente a ti, y dejar de esperar que mi simple mirada responda las preguntas que no formulaste; o simplemente pueda revelar sin evasivas las explicaciones que abiertamente sé que te mereces.
Desearía estar tan conectada a ti, que no necesite de complicadas palabras para expresarte mis emociones, que solamente al tocar tu frente con mi alma, pueda transmitirte mis más ocultos secretos y enigmas, hablar con las manos lo que mis labios callan.

Quiero hacerte entender que no me reservo mis ideas para mi misma, que SI quiero adentrarte en mi mente, pero que, por razones que no identifico, no puedo exponerme de esa manera ante ti. Tengo miedo!, ¿de qué?: No lo sé; de perderte talvez, de alarmarte con mi testimonio, de decepcionarte en maneras que prefiero no pensar...

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